lunes, 31 de mayo de 2010

31 de mayo de 1916: empieza la Batalla de Jutlandia

El 31 de mayo de 1916 empezaba la que está considerada, según los expertos, como una de las mayores batallas navales de la historia. Su 'gran rival' en este sentido, la Batalla de Ecnomo, en el 256 AC, enfrentó a Cartago y Roma, con unos 700 navíos sobre las aguas del Mediterráneo y unos 300.000 hombres.
Sin embargo, como batalla puramente naval, con navíos de gran tonelaje 'dándose leña' y siendo primordial la táctica de los contendientes (en la de Ecnomo, al fin y al cabo, se trataba fundamentalmente de abordajes de infantería), no cabe duda que la Batalla de Jutlandia está en la cumbre del conflicto bélico sobre el mar.

Inglaterra y Alemania, que apenas se habían enfrentado en un marco de guerra a lo largo de la historia, iban a 'recuperar terreno' a lo largo del siglo XX. Esta Batalla de Jutlandia es, sin lugar a dudas, su máximo exponente, en su enfrentamiento junto a la península que abarca la práctica totalidad del territorio de Dinamarca, así como el norte de Alemania: estamos en la Primera Guerra Mundial.

El vicealmirante Franz Von Hipper planeaba atraer y destruir la escuadra de sir David Beatty. Dado que Alemania era plenamente consciente de que estaban perdiendo la carrera naval con los británicos, optaron por la estrategia de atacar a los ingleses en pequeños grupos. Sin embargo, éstos interceptaron un mensaje en el que conocieron el plan, y enviaron el grueso su flota (la Grand Fleet), al mando del almirante John Jellicoe, en el auxilio de Beatty.

Éste decidió enfrentarse a Hipper 'en solitario', y le iba a costar caro, ya que su buque insignia, el Lion, recibió una andanada que provocó un incendio a bordo que casi lo hunde. Sí se fueron a pique el Indefatigable ante el ataque del Von der Tann (que a su vez sería arrasado el fuego de los acorazados ingleses comandados por el contraalmirante Evan Thomas) y el Queen Mary, ante el Derfflinger.

Llegaba entonces la Grand Fleet, encarándose con el grueso de la flota alemana, la Hochseeflote. Los ingleses tenían superioridad, se sabían mejores y vencedores, pero habría que ver la cara de Jellicoe y Beatty cuando el Invincible no hacía precisamente honor a su nombre al partirse por la mitad ante el fuego del Derfflinger y el Lützow. Entre las víctimas estaba su comandante, el contraalmirante Hood: 25 años después un barco con su nombre sería hundido casi de la misma forma por el Bismarck (y con los mismos rivales, claro).

Sin embargo, el mayor número de barcos británicos terminaría en cualquier momento por ser decisivo. Los alemanes lo sabían, y de este modo, a la orden de virar y en una maniobra perfectamente realizada, con una coordinación formidable, la armada alemana desaparecía ante la mirada impotente de los ingleses.
Los cruceros de batalla alemanes, en lo que es conocida como 'la cabalgata de la muerte', sirvieron literalmente de escudo a los acorazados para romper el cerco inglés, sufriendo daños importantes.

En cuanto al balance de la batalla, ambos bandos se consideran vencedores
(como suele ocurrir en estos casos). Tácticamente el triunfo fue para los alemanes, que siendo menos lograron escapar causando muchas bajas entre los británicos. Sin embargo, el triunfo estratégico fue sin lugar a dudas para éstos, ya que impidieron la salida al mar de los alemanes, lo que sería decisivo para el desarrollo de la Primera Guerra Mundial.

Habían participado en la batalla, por parte inglesa, 28 acorazados, 9 cruceros de batalla, 8 cruceros acorazados, 26 cruceros ligeros, 78 destructores, un barco minador y hasta un portaaviones, mientras que en el bando alemán combatieron 16 acorazados, 5 cruceros de batalla, 6 cruceros acorazados, 11 cruceros ligeros y 61 torpederos.

Los ingleses perdieron a los cruceros de batalla Indefatigable, Queen Mary e Invincible; los cruceros acorazados Black Prince, Warrior y Defence; y los destructores, Tipperary, Shark, su gemelo Sparrowhawk, Turbulent, Ardent, Fortune, Nomad y Nestor.
Los alemanes hundidos fueron el crucero de batalla Lutzow; el antiguo acorazado Pommern; los cruceros ligeros Frauenlob, Elbing, Rostock y Wiesbaden; además de cinco torpederos.

Fuente: www.historialago.com y wikipedia
Imagen: Bernard Finnigan.

domingo, 30 de mayo de 2010

30 de mayo de 1988: Entrada en servicio del Portaaviones "Principe de Asturias"

Continuando con las efemérides referentes a la aviación embarcada, hoy nos hacemos eco del que significó un salto cualitativo enorme para la construcción naval en España y para las capacidades de la Armada Española. Hablamos de la entrada en servicio del primer portaaviones construido en España, el Príncipe de Asturias.

España había demostrado desde hacía tiempo su intención de tener un arma aérea embarcada, en consonancia con la necesidad de poseer una flota potente que vele por la extensa zona económica exclusiva de la península, el estrecho de Gibraltar y los dos archipiélagos. Asi, la Armada Española adaptó el portaaviones de escolta de la II Guerra mundial USS Cabot a su nueva tarea como portahelicópteros con el nombre de Dédalo ya en 1967. Pero la cosa no quedó ahí. En diciembre de 1973 la llegada de 8 AV8-A matador a Rota supuso que la Armada Española fuese la primera en operar al Harrier desde Portaaviones, un concepto que demostraría su éxito en el conflicto de las Malvinas en 1982.

El siguiente paso no podía ser otro que contar con un buque más capaz que el vetusto Dédalo. Y así, un diseño concebido en EE.UU. para un buque de los Marines fue adaptado a las necesidades españolas y el nuevo buque fue encargado en 1977 a los astilleros Bazán de Ferrol. Sería botado en 1982 y entregado a la Armada Española el 30 de mayo de 1988.

Con un desplazamiento de 17.188 tons. a plena carga, una eslora de 195,9m y una manga de 24,3m, la cubierta de vuelo del Principe de Asturias cuenta en su extremo con una inclinación de 12º llamada Sky Jump para acortar la carrera de despegue y aumentar la capacidad de carga de los AV8-B Harrier II Plus de la 9ª escuadrilla de la Armada. cuenta con dos turbinas de gas que le dan una velocidad máxima de 27 nudos, y una autonomía de 6.500 millas náuticas a 20 nudos.

En su componente aéreo embarcado puede llevar hasta 24 aeronaves, entre Harrier y helicópteros Sea King, AB 212 o SH 60B Lamps Seahawk.

Desde su entrada en servicio, ha sido el buque insignia de la Armada Española, y supuso un referente y un salto de calidad enorme para la construcción naval militar española. Se construyó un buque gemelo para la Marina Tailandesa, el Chakri Naruebet, que sería entregado junto con los primeros AV-8A Matador, vendidos de segunda mano al mismo país. Tan sólo nueve marinas de guerra en el mundo cuentan con portaaviones y aviación embarcada entre su material. El Príncipe de Asturias ha participado durante sus años de servicio activo en múltiples maniobras internacionales con otras armadas desde su base en Rota.

Con 22 años sobre sus cuadernas, el Principe de Asturias ya cuenta con un futuro relevo, con el que está por ver si convivirá durante un tiempo antes de dejar el servicio activo. Es el Buque de Proyección Estratégica Juan Carlos I, que ha realizado pruebas de mar con su predecesor durante este mes de mayo en aguas ferrolanas.

Fuente:Wikipedia


sábado, 29 de mayo de 2010

29 de mayo de 1940: primer vuelo del F4U Corsair


Ignorar el peso y la importancia que a partir de los años 30 del siglo XX cobró la aviación naval embarcada sería dejar este proyecto sin un aspecto sobresaliente de las efemérides navales. De hecho su participación ha sido decisiva en algunas de las que ya hemos tratado. Por tanto es hora de abrir ese capítulo en el presente proyecto, y el tema que nos centra hoy es digno a ojos de los que participamos en el mismo de iniciar dicha andadura.

Así, hablamos del origen del que ha sido considerado de forma casi unánime como mejor caza embarcado de la segunda guerra mundial, aunque resulte sorprendente que el proyecto del mismo naciese antes del conflicto. De hecho corría el año 1938 cuando se solicitó por la U.S. Navy un proyecto de caza embarcado para sustituir a los Brewster buffalo y a los Grumman Wildcat.

El proyecto fue abordado por las compañías United aircraft Corporation y la Vought Sikorsky. Se centró en el nuevo motor radial de 18 cilindros Pratt & Whitney R2800, que alcanzaba una potencia de 1.850 CV y más tarde llegaría a los 2.000. Era el motor más potente de su tiempo, y daría lugar a un prototipo que con sus 3.365 kg en vacío era literalmente un monstruo comparado con sus contemporáneos. Monoplano de ala baja en gaviota invertida, el que se convertiría en el F4U Corsair hizo su primer vuelo el 29 de mayo de 1940. Sin embargo posteriores modificaciones hicieron que su entrada en servicio se dilatase hasta 1942.

Armado con seis ametralladoras de 12,70 mm, veloz y tremendamente potente, El F4U corsair era superior en prestaciones a cualquiera de sus coetáneos y por supuesto a todos sus enemigos, principalmente los sempiternos Mitsubishi A6m5 Reisen (Zero) operados por los japoneses. Sin embargo el peculiar diseño del avión impidió que en un principio fuera aceptado para el servicio en portaaviones, así que los primeros pilotos en estrenarlo serían los marines en Guadalcanal, en 1943, y la Royal Navy británica en 1944 operando contra el acorazado alemán Tirpitz. El corsair desde su aparición impuso su ley en los cielos que surcó. con lo que desde finales de 1944 la marina estadounidense rectificó y empezó a usarlos desde sus portaaviones.

Su periodo de más actividad fue sin embargo el año 1945, con las operaciones de toma de Okinawa e Iwo Jima. Durante este periodo hasta el final de la guerra los corsair abatieron 2.140 aviones enemigos, más otros tantos en tierra, con la pérdida de tan sólo 189 corsair. un ratio derribos/pérdidas de 11 a 1.

Tuvo multitud de versiones, para cazabombardeo, ataque y caza nocturno dotado de radar... y fue utilizado para ataque al suelo con grandes resultados. Siguió en servicio al acabar la II Guerra mundial, y todavía combatiría en Corea, donde llegó a derribar un caza a reacción MIG 15, y en la guerra de Indochina, antesala de la Guerra de Vietnam, esta vez bajo la bandera de la aéronavale francesa. También participó en la guerra de Argelia y llegó a combatir en el conflicto que tuvo lugar en 1969 entre Honduras y El Salvador, sirviendo en las fuerzas aéreas de ambos contendientes.

Una longevidad que demuestra por sí sola el éxito de este soberbio avión de combate.

viernes, 28 de mayo de 2010

28 de mayo de 1785: Cambio de bandera de la Armada Española

En los momentos en que uno se pone a buscar las efemérides del día, no puede evitar que en ocasiones se le vea un poco el plumero. Nos ha pasado con el Bismarck, nos viene pasando con la Royal Navy y con la Segunda Guerra mundial. Y hoy nos pasa con la Armada Española.

De esta manera, dejando para venideros años otras efemérides, hoy nos hacemos eco del origen del que hoy es la bandera oficial del Reino de España, pero que comenzó su singladura como pabellón de la Armada Española.

Así, en un principio la Armada Española venía utilizando como pabellón la cruz de borgoña en rojo sobre fondo blanco, divisa de la monarquía hispana desde tiempos de Felipe El Hermoso. Este pabellón cambiaría con la instauración de la monarquía borbónica en España con Felipe V (1700). A partir de entonces, se adoptaría un pabellón totalmente blanco sobre el que se superponían las armas reales.

Este diseño presentó algunos problemas, derivados principalmente del elevado número de reinos cuyo titular era un miembro de la casa de borbón. Así, los pabellones de Francia, Nápoles, Toscana, Parma o Sicilia resultaban muy similares al español. También cabía la posibilidad de confundirlo en un momento dado con el pabellón inglés. Lo cierto es que la apreciación correcta de la nacionalidad de un determinado navío cuanto antes en el mundo de entonces podía ser la diferencia entre verse sorprendido por el enemigo o no. Además, bastantes triquiñuelas se llevaban a cabo con los pabellones en la guerra naval de aquel entonces como para añadir más confusión.

De todas formas, la enseña de los borbones se mantuvo hasta 1875, cuando Carlos III encargó a su ministro de marina, Antonio Valdés y Fernández Bazán, un proyecto para la sustitución del pabellón, tanto para la marina de guerra como para la mercante. Se presentaron doce diseños al concurso, de los que el monarca escogió dos, ambos compuestos por franjas horizontales rojas y amarillas, variando entre ambos la anchura y distribución de las franjas rojas. La mejor explicación viene dada por el propio monarca en la Ordenanza General promulgada el 28 de mayo de 1785:

Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa Mi Armada Naval y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias o con vientos calmosos con la de otras Naciones, he resuelto que en adelante usen Mis Buques de guerra de bandera dividida a lo largo en tres listas, de las cuales la alta y la baja sean encarnadas y del ancho cada una de una cuarta del total, y la de enmedio, amarilla, colocándose en esta el Escudo de Mis Reales Armas, reducido a los dos quarteles de Castilla y León (...) todo con arreglo al adjunto diseño.

El pabellón de uso reglamentario en los barcos iría extendiéndose, primero a los puertos y fuertes costeros, después a los cuarteles y unidades militares, y por fin a todos los edificios oficiales en 1908.

Fuentes: Wikipedia, todoababor, protocolo. org
Imagen: "El Real Carlos" de Carlos Parrilla Penagos

jueves, 27 de mayo de 2010

27 de mayo de 1941: el hundimiento del Bismarck

Ni la máquina más poderosa de todos los tiempos puede oponerse a una flota entera con una única obsesion: cazar y hundir al Bismarck.
El mismísimo Wiston Churchill, en la Cámara de los Comunes, había declarado que había que acabar con él "a cualquier precio".

Y es que al Reino Unido le había dolido, y mucho, ver como su buque insignia y orgullo de la Royal Navy, el HMS Hood, era hundido por el navío comandado por el almirante Lütjens: Siglos de ventaja en cuanto a victorias y logros navales por parte británica se esfumaban en apenas siete minutos. Y claro, ya sabemos cómo son los ingleses. La cosa no podía terminar ahí.

Siete acorazados, dos portaaviones, cuatro cruceros pesados, siete ligeros, veintiún destructores, seis submarinos y más de cien aviones 'peinaban' las aguas del Atlántico y el Mar del Norte buscando al Bismarck, hasta que un hidroavión catalina lo avistó.
Se acercaba el fin para el gigante alemán.

El portaaviones Ark Royal lanzó un ataque de sus algo anticuados pero igualmente útiles swordfish cargados de torpedos que fueron recibidos por un salvaje e intenso fuego de los antiaéreos e incluso las piezas de 38 cm que mantuvieron a raya a los biplanos, cuyos lanzamientos fueron esquivados a bases de golpes de caña del Bismarck.
Sin embargo, tres de los aviones, en una hábil maniobra, hicieron un vuelo rasante tomando desprevenida a la tripulación alemana, y lazaron tres torpedos, uno de los cuales, tremendamente acertado, impactó de lleno en el timón derecho, dejándolo fijado y obligado al acorazado a girar en redondo, sin gobierno y, por tanto, sentenciado.

Llegaba el momento de la revancha británica, y asomaban por el horizonte los acorazados Rodney, King George V y Renown. Es el amanecer del 27 de mayo de 1941.
Comprobando en primer lugar que el Bismarck, en efecto, daba círculos sin poder impedirlo, comenzó un brutal ataque, una lluvia hierro que hizo imposible la réplica del navío alemán.
Una vez sus baterías quedaron silenciadas, los británicos arrasaron la cubierta, acabando con cualquier infeliz que asomara la cabeza.

El hundimiento del acorazado, dado su excelente blindaje, fue lento y doloroso. 1.900 hombres se fueron con él, incluyendo al almirante Lütjens y al capitán de navío Ernst Lindemann.
Sólo 110 alemanes fueron rescatados por el HMS Dorsetshire (la flota inglesa se retiró por la supuesta presencia de un submarino alemán en la zona), y otros 800 marinos morirían en las gélidas aguas.

Así explicó el almirante inglés sir John Torvey el final del navío:

“El Bismarck ha librado una batalla extremadamente heroica contra un adversario muy superior, mostrándose digno de las más bellas tradiciones de la antigua Marina Imperial, Se ha hundido enarbolando su pabellón”.

Fuente: Wikipedia.
Imágenes: www.torvey.org www.chesterfieldarmament.com

miércoles, 26 de mayo de 2010

26 de mayo de 1940: comienza la "Operación Dynamo"

El mes de mayo de 1940 será recordado siempre como el canto de cisne de la "Blitzkrieg" o "Guerra relámpago". Así, el día 10 de ese mes los alemanes lanzaron su ofensiva sobre Holanda y Bélgica. Las tropas anglofrancesas, siguiendo su estrategia planeada, se desplazaron en esa dirección para ayudar a los holandeses y belgas a rechazar el ataque alemán, que avanzaba imparable.

Eso era lo que esperaba el alto mando alemán. El día 12 de mayo de 1940, el grupo de ejércitos "A" alemán surgió de los a priori impenetrables bosques de las ardenas y alcanzó el río Mosa. Este avance y el posterior cruce de este río, desarrollados con una rapidez y contundencia extremas, desbarató el flanco derecho de las fuerzas anglofrancesas, profundizó en su retaguardia y el día 18 de mayo las primeras tropas alemanas, al mando del general Erwin Rommel, alcanzaron el Canal de la Mancha, atrapando a las principales fuerzas francesas y a todo el cuerpo expedicionario inglés con sus espaldas al mar.

Tras el fracaso de varios contraataques organizados para romper el cerco, las fuerzas anglofrancesas se van retirando y fortificándose en una bolsa alrededor del puerto de Dunkerque. En ese momento, las tropas alemanas, en lugar de liquidar la bolsa, se detienen.

Varios motivos se han dado para esta pausa que salvaría en última instancia al ejército británico de la destrucción total. Una de ellas es que Hitler quiso dar a los ingleses la posibilidad de una retirada que suavizase las cosas para un posterior cese de las hostilidades, ya que él nunca quiso la guerra con Inglaterra. A esto hay que sumar que también altos mandos alemanes ordenaron que el avance se detuviese porque las divisiones panzer necesitaban un respiro tras unas semanas de combates y avances frenéticos, de cara a acabar con lo que quedaba del ejército francés fuera de la bolsa de Dunkerque.

Sea como fuere, el almirantazgo británico decidió una evacuación a gran escala, y para ello se encargó al almirante Bertram Ramsay, a la sazón comandante de las fuerzas navales inglesas en el Canal de la Mancha, que utilizase todos los medios a su alcance para evacuar al mayor número de soldados posible antes de que cayesen en manos alemanas.

Así, el 26 de mayo de 1940, a las 23:30 horas, comienza la llamada "Operación Dynamo". Cientos de pequeñas embarcaciones pesqueras, yates privados, transportes de tropas y destructores se acercaron a la costa a embarcar tropas, primero desde el puerto de Dunkerque y cuando éste fue inutilizado por los ataques aéreos alemanes, desde las playas, con improvisados diques compuestos de vehículos abandonados, en ocasiones cogiendo directamente a los soldados desde el agua, todo ello bajo el fuego de la artillería alemana y los ataques de la Luftwaffe.

La operación tuvo éxito más allá de las expectativas más descabelladas, ya que en principio se esperaba como mucho poder evacuar 50.000 hombres en 5 días. Finalmente, se embarcaron en poco más de seis días 338.872 combatientes, de ellos 215.787 ingleses y 123.095 franceses y belgas. Las pérdidas en material, abandonado en las playas, fueron catastróficas. El ejército británico se encontraba con la tesitura de tener que rechazar un probable intento de desembarco alemán en las islas con un ejército carente casi en absoluto de material. Sin embargo, gracias a Dynamo y a la Royal Navy, Gran Bretaña todavía contaba con un ejército con el que combatir una vez rearmado. Es muy probable que si ese número de combatientes se hubiese rendido, la guerra hubiese tenido un curso muy distinto.

Los campeones de la operación Dynamo fueron los destructores, que gracias a su poco calado, su velocidad y su maniobrabilidad pudieron evacuar un mayor número de combatientes. En esta clase se concentraron también las pérdidas más sensibles. La Royal Navy perdió seis de ellos, y la marina francesa otros tres, a manos de la Luftwaffe y de ataques de lanchas rápidas alemanas (Schnellboote), además de muchos otros buques menores.

Fuentes: Wikipedia

martes, 25 de mayo de 2010

25 de mayo de 1982: Skyhawks argentinos hunden el HMS Coventry

El conflicto naval de mayor intensidad del último cuarto del siglo XX fue la Guerra de las Malvinas, que enfrentó en 1982 a Gran Bretaña y Argentina por la soberanía de las islas Malvinas, Falkland para los ingleses, un conflicto larvado que proviene del siglo XIX.

La principal baza para los argentinos tras la toma por sorpresa del archipiélago eran los condicionantes logísticos que se imponían a los ingleses, obligados a desplazarse a una zona muy lejana a sus bases, detro del radio de acción de la fuerza aérea argentina, que por aquel entonces era considerada la más potente de Sudamérica, y todo ello con la limitación temporal que imponía el cercano invierno en uno de los mares más tempestuosos y fríos del planeta.

El conflicto supondría la consagración de varios sistemas de armas, sobre todo del binomio Sea Harrier - AIM 9L sidewinder, y del misil rozaolas Exocet.

Para contrarrestar la amenaza que suponía la fuerza aérea argentina, la Royal Navy contaba con los Harrier del HMS Hermes y HMS Invincible, así como los sistemas antiaéreos de sus escoltas. Entre estos tenían gran importancia los destructores Type 42, de los que en principio Inglaterra desplazó tres a la zona, con la misión de dar cobertura antiaérea de medio alcance a la flota. Eran los HMS Sheffield, HMS Glasgow y HMS Coventry.

Los destructores Type 42 estaban armados con un lanzador doble de misiles Sea Dart, un montaje de 114 mm y dos cañones Oerlikon de 20 mm. Sin embargo, esta clase sufrió un duro castigo en la campaña. El Sheffield fue hundido por un misil Exocet el 4 de mayo, y el 12 de mayo el Glasgow fue dañado en otro ataque al ser atravesado limpiamente por una bomba que no explotó y tuvo que regresar a Inglaterra. Ello dejaba al Coventry como único de su clase en la zona.

El día 25 de mayo, tras los desembarcos llevados a cabo en los días previos en San Carlos, que habían atraído a la zona numerosos ataques aéreos argentinos, que habían causado ya bajas sensibles, el Coventry fue destacado junto con la fragata HMS Broadsword a la entrada del Estrecho de San Carlos (Falkland Sound para los ingleses) para actuar como defensa antiaérea adelantada de la flota de invasión. Ello implicaba que los sea dart del Coventry perderían efectividad dada la cercanía del buque a tierra.

La trampa funcionó en un principio, y el Coventry abatió con un sea dart a un A4 Skyhawk que se dirigía a la zona de desembarco. Sin embargo a continuación los dos buques se vieron atacados por dos parejas de A4 Skyhawk armados cada uno con 3 bombas de 1.000 libras. La primera pareja logró un impacto en la zona de la pista de aterrizaje de la Broadsword, destruyendo el helicóptero Sea Lynx que llevaba. la segunda pareja, atacando a ras de agua, obtuvo dos impactos directos en el costado de babor a la altura de la línea de flotación. El buque escoró rápidamente y en 20 minutos fue evacuado. 19 hombres perdieron la vida.

El ataque de los A4 skyhawk argentinos fue una muestra de pericia y coraje excepcional, ya que a priori las defensas de los buques ingleses estaban diseñadas para abatir incluso misiles de crucero, así que obtener un impacto con un avión en vuelo rasante armado con bombas de caída libre y sobrevivir para contarlo era realmente meritorio. Ni el sistema sea dart del Coventry ni el Sea Wolf de la Broadsword les sirvieron de nada. Los pilotos argentinos usaron el terreno y rozaron las olas para confundir al radar británico y esquivar sus sistemas de misiles.


lunes, 24 de mayo de 2010

24 de mayo de 1941: el hundimiento del 'HMS Hood'

Ya lo decíamos anteriormente. El acorazado alemán Bismarck es uno de nuestro navíos favoritos. Posiblemente pocos aficionados a la historia naval no sienten algo especial cuando ven la característica silueta de uno de los buques más bellos que se ha podido ver sobre los mares.
Su increíble combate con el HMS Hood también tiene parte de culpa para coronarlo como uno de los barcos más famosos del mundo.

El 24 de mayo de 1941, el crucero de batalla británico, buque insignia y orgullo de la Royal Navy, en compañía del Prince of Wales, interceptó en el Estrecho de Dinamarca al acorazado alemán, que a su vez estaba escoltado por el crucero pesado Prinz Eugen.
La presencia del Bismarck (en plena operación 'Rheinübung') por aquellas aguas obligaba a los ingleses a una intervención para evitar males mayores.
Les costaría caro.

Al mando del vicealmirante Lancelot Holland, el Hood y el Prince abrieron fueron con sus torres delanteras cuando aún estaban algo lejos, a 22 kilómetros, un error que, según los expertos, sería fatal, ya que los alemanes tuvieron el turno de respuesta y pudiendo realizar disparos de caída vertical que podían ser verdaderamente letales.
A pesar de que Holland ordenó que los dos navíos a su mando acortaran distancias a toda marcha, ya sería demasiado tarde.

Tras varios intercambios de salvas, el Hood se disponía a disparar una andanada completa con sus cañones principales cuando el Bismarck efectuaba una salva (la sexta) que alcanzó al acorazado inglés en algún lugar cercano al mástil de popa, penetrando en el blindaje y haciendo explotar los depósitos de cordita de las torres traseras.
Una llamara enorme, más alta que el mástil, surgió de la entrañas del barco inglés, que tras deformarse brevemente saltó por los aires, partiéndose literalmente por la mitad mientras las torres traseras volaban por los aires. El director de tiro, el capitán Schneider, recibiría la Cruz de Hierro por su proeza.
Sólo habían pasado siete minutos desde que empezó el combate.

El Bismarck pudo acabar con el Prince of Wales, pero éste, con daños, se retiró ante la mirada de la tripulación del acorazado alemán, cuyo almirante Günther Lütjens, tenía órdenes de no exponer el barco a tales riesgos a no ser que fuera en caso de defensa.
Sin embargo, el acorazado alemán no había salido ileso del combate, y dejó un rastro de aceite visible para los aviones de reconocimiento que sería, a la postre, fatal.

Por último, mencionar que ésta fue, posiblemente, una de las batallas más deshonrosas de la historia de la Royal Navy (que puso todo su empeño y medios para hundir al Bismarck). Recomendamos este interesante vídeo sobre el desarrollo de la batalla.

domingo, 23 de mayo de 2010

23 de mayo de 1939: Rescate del USS Squalus

Muchos de nosotros conocemos historias de operaciones de rescate de tripulaciones de submarinos hundidos, y en ocasiones nos hemos preguntado si realmente existe alguna posibilidad de encontrar supervivientes y rescatarlos o bien todo es una carrera sin esperanza, en la que se mantienen las apariencias y se lleva a cabo un loable esfuerzo sin que existan precedentes de éxito.

Pues bien, esos precedentes existen, y el primero de ellos tuvo lugar en Portsmouth, New Hampshire, el 23 de mayo de 1939. El submarino estadounidense USS Squalus acababa de salir a hacer una inmersión de prueba que acabó complicándose, al quedarse abiertas las válvulas de inducción en plena inmersión. El buque se hundió de popa, clavándose ésta en el fondo fangoso a casi 70 metros de profundidad. Sin embargo gracias a la actuación de varios tripulantes que cerraron las escotillas de emergencia, 33 de los tripulantes pudieron agolparse en la sección de proa. Otros 26, que tenían su puesto asignado en popa, no tuvieron esa suerte.

El submarino estaba equipado con las medidas más punteras de seguridad para la época, y lo más importante, con un dispositivo de enganche para una campana de inmersión, lo que posibilitaba un rescate submarino.

Así, gracias a la cercanía a la costa, y a las bombas de humo lanzadas desde el submarino, se consiguió contactar con el submarino USS Sculpin, que había sido avisado desde la base naval del accidente. Entonces, a través de una boya equipada con una línea telefónica (otro medio de rescate con el que contaba el Squalus), se conoció la existencia de supervivientes en el submarino hundido y su estado, justo antes de que el cable se rompiese. Simultáneamente, habían salido para la zona los buques de rescate USS Peanook y USS Falcon, este último equipado con una campana de rescate.

Localizado el enganche de la campana por un buzo del Peanook, que había llegado a la zona a las 4 y 25 de la mañana del día 24, cuando los supervivientes ya llevaban más de 20 horas en el fondo. Tras la llegada del Falcon, la primera bajada de la campana tuvo lugar a las 11 y media de la mañana. El rescate concluyó con éxito tras 5 bajadas de la campana. El comandante del Squalus sería el último en abandonar su buque.

El Squalus sería reflotado tras permanecer 113 días en el fondo. Entraría en servicio de nuevo en mayo de 1940, bajo el nombre de USS Sailfish.

Fuentes: Wikipedia y foro de historia militar el Gran Capitán.

22 de mayo de 1941: hundimiento del HMS Gloucester

Durante la primavera de 1941, las fuerzas británicas desembarcadas en Grecia para ayudar a la defensa del país heleno frente al ataque de las tropas del eje tuvieron que reembarcarse ante la presión del avance alemán. No acabarían allí sus tribulaciones, ya que poco después de completar la toma de Grecia, y tras haber tenido la Royal Navy que evacuar a una buena parte de las tropas inglesas bajo el fuego enemigo, los alemanes, mediante un asalto aerotransportado sin precedentes, bajo el mando del general Kurt Student, atacaron la isla de Creta. Era la llamada "Operación Mercurio".

La Royal Navy se vió implicada de lleno en ambas operaciones, tanto la evacuación de Grecia como la posterior lucha y evacuación de Creta. En ambas ocasiones, los buques de la armada británica se vieron sometidos a continuos ataques aéreos por parte de la Luftwaffe, y sufrieron graves pérdidas.

Dos de esas pérdidas se produjeron el mismo día, el 22 de mayo de 1941, cuando las fuerzas navales británicas intentaban operar contra la navegación alemana que llevaba refuerzos a los paracaidistas que luchaban en Creta. La superioridad naval de los ingleses era abrumadora, ya que no había flota digna de tal nombre en el bando alemán, sino simplemente convoyes de buques de carga ligeros cargados de hombres y material, imprescindibles para reforzar las posiciones de los paracaidistas, que habían sufrido muchas bajas durante los primeros combates. Sin embargo, la Luftwaffe desplegó todas sus fuerzas para negar a la Royal Navy el acceso al canal de Kithera, ruta por la que se transportaban los refuerzos.

Avanzada la jornada, el destructor HMS Greyhound fue alcanzado y hundido por un ataque aéreo alemán. Pese a los avistamientos de grupos de ataque de bombarderos en picado Junkers JU 87, los famosos stukas, el mando inglés envió a la zona a los cruceros Gloucester y Fiji para rescatar a los supervivientes del Greyhound. Los buques, que ya habían consumido buena parte de su munición antiaérea, fueron atacados por sucesivas oleadas de stukas. El Gloucester recibió al menos 4 impactos directos y se hundió. Poco después también el Fiji siguió su misma suerte. De esta manera, en menos de 12 horas la Royal Navy había perdido dos cruceros ligeros y un destructor.

La pérdida del Gloucester fue la más grave porque, contrariamente a los procedimientos usuales, no se envió ningún barco a buscar supervivientes bajo la cobertura de la oscuridad. De una tripulación de 807 hombres, sólo 85 sobrevivieron, prisioneros de los alemanes.

La caída de Grecia y la toma de Creta fueron un serio varapalo a las fuerzas británicas en el Mediterráneo, y la Royal Navy sufrió enormes pérdidas que evidenciaron que la flota no podía operar, y ni siquiera sobrevivir, en una zona donde la Luftwaffe estuviese presente en fuerza.

viernes, 21 de mayo de 2010

21 de mayo de 1879: Combate naval de Iquique

En el año 1879, Chile se enfrentó a Bolivia por la llamada provincia de Antofagasta que incluía el desierto de Atacama y los yacimientos de guano, salitre y cobre que en él abundaban. Bolivia tenía suscrito un acuerdo de defensa mutua con Perú, y así se abrió el conflicto armado que se conoció con el nombre de Guerra del Pacífico.

La escuadra Chilena, a priori superior en número y capacidades, bloqueó el puerto de Iquique desde el comienzo de las hostilidades, el 5 de abril de 1879. Sin embargo la presión política ejercida sobre el Almirante Juan Williams Rebolledo, jefe de la escuadra chilena, para que bombardease el puerto peruano del Callao, hizo que éste abandonase la zona con sus unidades más importantes, dejando el bloqueo a cargo de las corbetas Esmeralda y Covadonga, así como el transporte Lamar, que eran los buques más antiguos de la escuadra.

Sin embargo, mientras tanto, la escuadra peruana había salido del Callao ya el 16 de mayo a trasladar armas y pertrechos a Arica, y se cruzaron con las fuerzas de Williams sin verse. Enterados los peruanos de la debilidad del bloqueo, destacan a su navío más potente y moderno, el monitor Huáscar, bajo el mando del Almirante Grau, junto con la fragata Independencia a levantar el bloqueo y dar caza a las unidades chilenas.

Así las cosas, el 21 de mayo a las seis y media de la mañana un vigía de la Covadonga , fondeada junto el resto de los buques a unas dos millas del puerto, avistó las columnas de humo de los buques peruanos. Los dos buques de combate levaron anclas y se dirigieron hacia el Huáscar. Éste se enfrentó en un principio a los dos buques chilenos mientras la Independencia llegaba a la escena. los buques intercambiaron disparos de forma continua durante casi hora y media sin consecuencias, tomando los chilenos una posición que ponía la población de Iquique en la línea de fuego peruana. Finalmente, la Covadonga abandonó el combate con rumbo Sur. La Esmeralda fondeó a unos 200 metros de la costa, con averías en las máquinas.

El combate se dividió entonces en dos fases. El Huáscar se enfrentó a la Esmeralda mientras la Independencia perseguía a la Covadonga. En el primero de ellos, tras horas de cañoneo y haber sido atacada la corbeta chilena por el fuego de baterías terrestres, el Huáscar embistió por tres veces con su espolón a la Esmeralda, causándole graves daños y pérdidas humanas. En el primer y segundo impacto, los chilenos aprovecharon para lanzar dos intentonas de abordaje al monitor peruano, ambas infructuosas. En la primera de ellas resultaría muerto en la cubierta del buque enemigo el capitán de la Esmeralda, Arturo Prat Chacón. Finalmente, a las 12 horas y 10 minutos el buque chileno se fue a pique.

Mientras tanto, la corbeta Covadonga, perseguida por la fragata peruana Independencia, se pegó literalmente a la costa, teniendo la fortuna de que su perseguidora encalló en los bajos de Punta Gruesa. La Covadonga dió entonces la vuelta y empezó a cañonear a su adversario, que se defendió como pudo mientras el buque se inundaba y se enviaba a los náufragos a tierra. Finalmente, la Covadonga se retiró ante la llegada del Huáscar, que la persiguió durante tres horas antes de desistir. La Independencia fue considerada insalvable y fue evacuada totalmente e incendiada.

Este último combate es conocido por los autores chilenos como combate de Punta Gruesa, pero casi todos los autores peruanos lo engloban dentro del combate de Iquique. Las bajas por parte chilena ascendieron a 143 muertos y 57 prisioneros. Los peruanos tuvieron 1 muerto y 7 heridos en la acción.

La noticia de la batalla provocó una oleada de patriotismo en Chile, con alistamientos masivos y manifestaciones de apoyo popular al conflicto. Chile acabaría venciendo en la guerra, si bien antes tendría que acabar con el duro y esquivo enemigo que supuso el navio más conocido de la contienda, el Huáscar. La victoria chilena privaría a Bolivia de su única salida al mar, y es un conflicto que ha venido coleando hasta nuestros días.

jueves, 20 de mayo de 2010

20 de mayo de 1756: Derrota inglesa en aguas de Menorca

La guerra de sucesión a la corona española tras la muerte sin descendencia del último de los austrias, Carlos II el Hechizado, tuvo como consecuencias, entre otras muchas, que el Peñón de Gibraltar y la isla de Menorca pasasen a manos inglesas. Sin embargo, en el mundo cambiante de aquella época, y en un contexto de guerra casi contínua entre Francia, Inglaterra y España, esa situación estaría sometida a varios cambios.

El primero tendría lugar con ocasión de la guerra de los siete años entre Francia e Inglaterra. En esta época, la Royale Marine francesa estaba viviendo uno de sus momentos más dulces, con mandos competentes y tripulaciones entrenadas que en ocasiones pusieron en jaque a la potencia naval del momento, Inglaterra. Ejemplo de este hecho es la toma de la isla de Menorca.

Así, en la primavera de 1756, tras varios actos de hostigamiento entre buques de ambas naciones en mares de todo el globo, los franceses atacarían la principal base británica en el Mediterráneo. más de 200 buques, entre ellos 12 navíos de línea y 5 fragatas al mando del Marquis de la Galissoniére, embarcaron tropas al mando del Mariscal Richelieu. Las hostilidades empezaron oficialmente el 17 de mayo con la aparición de la flota de invasión en Mahón.

Los ingleses habían concentrado sus fuerzas en el Canal de la Mancha y en las indias orientales, de manera que contaban con fuerzas muy reducidas en la zona. Cuando los rumores de una invasión alcanzaron Inglaterra, se formó una flota bajo el mando del Vicealmirante John Byng, proveniente de una larga casta de marinos. Byng partió el 6 de abril de 1756 de la isla de St. Helen con 10 navíos de línea y 4 fragatas. En Gibraltar recogió refuerzos para las tropas de tierra que transportaba y puso proa a las Baleares. En el camino se le unieron otros dos navíos de línea y tres fragatas. Pese a todo, la flota inglesa había sido abastecida y tripulada de una manera muy deficiente, y Byng se quejaba amargamente de que se le habían asignado buques viejos y mal tripulados en número muy escaso para la empresa, ya que el almirantazgo mantenía más de 40 navíos de línea en las aguas que rodeaban Gran Bretaña e Irlanda sin propósito aparente.

Pese a todo, tras avistarse mutuamente y una primera fase de toma de posiciones y reagrupamiento de fuerzas, las dos flotas, ambas de 12 navíos de línea, se aprestaron para la batalla con las primeras luces del día 20 de mayo de 1756. Galissoniére, que tenía el viento en contra, mandó formar en línea muy apretada a sus navíos desde su buque insignia el Foudroyant, de 80 cañones para soportar la acometida de la flota británica, que dirigida por Byng desde el Ramillies, formó en línea e intentó cortar la perpendicular de los franceses.

Sin embargo, éstos mantuvieron una disciplina de fuego admirable, formando un impenetrable muro de costados erizados de cañones que lanzaban dos andanadas cada cinco minutos. Los primeros navíos ingleses fueron desarbolados (los franceses tiraban al aparejo) y privados de maniobra, se apelotonaron en la vanguardia bajo el fuego francés mientras los navíos que seguían apenas podían devolver los disparos por la lejanía a los primeros de la línea. De esta forma y viendo el cariz que tomaban las cosas, Byng decide romper el contacto y retirarse. Galissoniére no persigue a los ingleses, dado que su principal misión era asegurar la operación contra la isla, y ésta estaba cumplida.

Tras reunirse con sus capitanes y con el acuerdo de éstos, Byng decide retirarse a Gibraltar a por refuerzos. Mientras tanto, el Fuerte San Felipe, en Mahón, capitula, y con ello cae la totalidad de la isla de Menorca. Cuando las noticias de la derrota llegan a Inglaterra, en su versión francesa, Byng es fulminantemente destituido y llamado para ser juzgado. Sería condenado a muerte y ejecutado en un proceso que supuso todo un cisma en su tiempo, ya que se consideró que Byng sólo había sido la cabeza de turco por los errores del gobierno.

De hecho en el 2007 los descendientes del almirante solicitaron el perdón póstumo, que fue denegado por el gobierno de Tony Blair bajo la premisa de que era "agua pasada" y que se abriría la puerta para revisar otros procesos históricos, lo cual carecía de todo sentido. La lápida de Byng reza: A la perpetua desgracia de la justicia pública. Fue un mártir de la persecución política (...) cuando el valor y la lealtad no eran garantía suficiente para la vida y el honor de un oficial naval.

El proceso alcanzaría fama mundial. Voltaire escribiría en su novela Cándida: "En Inglaterra es de sabios matar un almirante de vez en cuando para espolear a los otros"

Fuentes: Wikipedia y todoababor

miércoles, 19 de mayo de 2010

19 de mayo de 1941: comienza la operación "Rheinübung"

Resulta difícil en ocasiones escapar del atractivo que ciertas historias que ya rayan en la leyenda tienen a la hora de elegir una efeméride. En el caso de los que integramos este proyecto, la que nos ocupa hoy tiene un significado especial, y es algo que le ocurre a mucha gente. Se trata de la epopeya de uno de los buques más famosos de todos los tiempos, el acorazado alemán Bismarck.

Así, un 19 de mayo de 1941, lunes, a las 02:00 horas, este buque abandonaba el puerto de Gotenhaven con rumbo oeste. a las 12:00 de ese día se une al que sería su compañero de ruta buena parte de su viaje, el crucero pesado Prinz Eugen, y los destructores Z-16 Friedich Eckoldt y Z-23 a la altura de la isla de Rügen. Ya a última hora del día el destructor Z-10 Hans Lody se unió a la escuadra, que navegaba rumbo a Noruega, primera etapa de su viaje.

Daba comienzo así una de las operaciones más ambiciosas del alto mando de la Kriegsmarine alemana. Dada la marcada inferioridad en número de la flota alemana frente a la británica, tras la rendición y autoinmolación de la flota de alta mar imperial en Scapa Flow tras la primera guerra mundial, para el conflicto que se avecinaba la mejor baza de los alemanes era la guerra de corso contra el tráfico enemigo, para lo cual se emplearían principalmente tres medios: submarinos, buques de superficie camuflados como mercantes, y los buques de combate principales de la Kriegsmarine, cuya misión sería sortear el bloqueo británico y desembocar en aguas del atlántico norte para caer sobre las líneas de comunicación inglesas. Las vastas distancias y las dificultades de controlar tal extensión de océano podrían muy bien provocar un colapso de la navegación británica sin que sus fuerzas fuesen lo suficientemente fuertes en todas partes para contener la aparición de los buques alemanes, todos de reciente construcción y potentemente armados.

Ese era el concepto que guiaba la operación Rheinübung. Meses antes, una primera internada en el atlántico norte por parte de los cruceros de batalla Scharnhorst y Gneisenau ya había dado sus frutos, y los dos buques, bajo la dirección del almirante Lütjens, habían alcanzado el puerto francés de Brest tras haber hundido más de 22 mercantes enemigos y hacer saltar todas las alarmas en un almirantazgo británico que había sido incapaz de cazarlos.

Ahora, la entrada en servicio del Bismarck, bastante más poderoso que los cruceros de batalla mencionados, y la futura incorporación de su gemelo el Tirpitz indujeron al alto mando alemán a repetir la operación mediante una salida simultánea de los cruceros de batalla basados en Brest y de los acorazados basados en el norte desde Noruega. de esta forma ambas fuerzas convergerían sobre las rutas de suministro inglesas saturando sus defensas.

Sin embargo, el plan fue modificado por las circunstancias. El Scharnhorst y el Gneisenau fueron atacados por la RAF en su fondeadero repetidas veces, y sufrieron cuantiosos daños, así que el brazo sur de la operación tuvo que cancelarse. Sin embargo, y a pesar de ciertas voces que abogaban por esperar la entrada en servicio del Tirpitz, se decidió seguir adelante con la operación con una salida más limitada desde el norte. Los buques implicados serían el Bismarck y el Prinz Eugen, bajo el mando de nuevo del almirante Lütjens, que había demostrado su pericia y sangre fría con la anterior operación.

Ello daría lugar a una navegación de leyenda, sobre la que se han vertido ríos de tinta, se han hecho películas y escrito libros, y que ha capturado la imaginación de muchos. Y desde luego que el protagonista principal, el coloso germano, lo merece.

El Bismarck se puso en grada el 1 de julio de 1936, fue botado el 14 de febrero de 1939 y entró en servicio el 24 de agosto de 1940. Desplazaba a plena carga 51.760 toneladas y estaba armado con ocho cañones de 380 mm, doce de 150 mm, dieciséis de 105 mm antiaéreos, otros dieciséis de 37 mm antiaéreos y dieciocho antiaéreos ligeros de 20 mm. A pesar de su tamaño, alcanzaba una velocidad cercana a los 31 nudos. En el momento de su entrada en servicio, era el acorazado más poderoso de su tiempo. Los acorazados en servicio en la Royal Navy estaban en franca inferioridad frente a este nuevo enemigo. Sólo los nuevos acorazados de la serie King George V podían aspirar a igualarle en combate.

Bajo el mando del capitán Ernst Lindemann, la tripulación, formada por 2.200 hombres, llevó a cabo un extensivo programa de entrenamiento en tiro, maniobra y control de daños, para alcanzar su máxima eficiencia, que su comandante sabía que necesitaría cuando su buque se enfrentase a la Royal Navy, que lo consideraba sin duda como el rival más peligroso, manteniéndolo bajo una estricta vigilancia. Ahora, con el inicio de Rheinübung, esa tripulación tendría su momento de gloria y la ocasión de comprobar si estaban a la altura del reto al que se enfrentaban. Hacia ese destino zarpó, abandonando las aguas de su Alemania natal, el 19 de mayo de 1941.

martes, 18 de mayo de 2010

18 de mayo de 1775: Nace el primer 'USS Enterprise'

No cabe duda de que el nombre 'Enterprise' está íntimamente ligado a la historia naval de los Estados Unidos, incluso a la estelar, con la célebre nave espacial de la más célebre aún serie y después saga cinematográfica Star Trek.

A lo largo de la historia de los EEUU, hasta ocho navíos han recibido este nombre, siendo uno de ellos, el portaaviones Enterprise clase Yorktown, el más condecorado de su historia tras sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero todo tiene un origen, y hay que remontarse a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos para encontrarnos con el primer barco que recibió tan ilustre nombre.

El 18 de mayo de 1775, el Enterprise se llamaba George y enarbolaba pabellón británico. No se había estrenado aún y se encontraba en St. Johns (Quebec, Canadá).
El coronel Benedict Arnold había remontado el río Richelieu a bordo del recién capturado Liberty, y junto a 30 hombres tomó, sin bajas, el George, que armaba 12 cañones y que fue renombrado, como ha quedado explicado anteriormente, Enterprise.

Arnold lo convirtió en su buque insignia, y su radio de acción se centró en el lago Champlain y el río Hudson, cortando los suministros entre Nueva Inglaterra y las colonias. Además participó activamente en las batallas de Quebec y la isla de Valcour.
El 7 de julio de 1777 fue quemado para evitar su captura ante el avance británico hacia lo que se convertiría como la Batalla de Saratoga.

Fuente e imágenes: Wikipedia.

lunes, 17 de mayo de 2010

17 de mayo de 1987: dos misiles iraquíes impactan en el USS Stark

La fragata USS Stark, clase Oliver Hazard, estaba destinada entre los años 1984 y 1987 en la Middle East Force, en zonas marítimas como el Mar Rojo y el Golfo Pérsico.
Por aquellas fechas, los estadounidenses eran testigos del conflicto bélico que protagonizaron Irán e Iraq entre los años 1980 y 1988.

Quizás por eso se puede decir que la Stark estaba en el lugar equivocado cuando recibió el impacto de dos misiles Exocet lanzados desde un F-1 Mirage iraquí cuando éste, que había despegado desde Shaiba, se encontraba, presuntamente, en una patrulla de rutina.
El primer misil fue lanzado desde 22.5 millas náuticas, y el segundo desde 15.5. El radar de la fragata no los detectó hasta que fue demasiado tarde, impactando de lleno y matando a 37 hombres e hiriendo a otros 21.

A pesar de los avanzados sistemas de defensa de la Stark, como su Phalanx CIWS o los Mark 36 SRBOC, el ataque no fue repelido, ya que el primero no respondió y los segundos no estaban armados. Además, la fragata no maniobró como debía para evitar que el impacto causara tantos daños, lo que llevaría posteriormente a una investigación.

Por parte del gobierno de Iraq, argumentaron que la fragata se encontraba dentro de la zona de conflicto, y que castigarían al piloto que lanzó los misiles. No se sabe qué ocurrió exactamente, ya que oficiales norteamericanos aseguran que fue ejecutado mientras que ex pilotos de Iraq señalaban que ni siquiera fue amonestado.

sábado, 15 de mayo de 2010

15 de mayo de 1905: Hundimiento del "Hatsuse"

El los albores del siglo XX, una nación que parecía anclada en la edad media protagonizó una de las mayores revoluciones económicas y sociales conocidas. El Japón imperial, una vez conseguida la unidad nacional y habiendo dejado de lado buena parte de sus tradiciones feudales, en pocos decenios llegó a ser una economía emergente de gran importancia y a retar a las potencias con las que sus fronteras en expansión toparon.

Ese fue el caso de la Rusia Zarista, una gran potencia europea con ambiciones en Asia y en el Pacífico. La colonización de Siberia y la construcción del Transiberiano hasta Vladivostok sólo eran una parte de los planes rusos, que incluían también la zona de Manchuria y Corea. Esto le llevaría de cabeza a chocar con el poder emergente nipón, que ambicionaba también dichas zonas. Ya con ocasión del tratado que puso fin a la primera guerra chino-japonesa, los rusos presionaron a las potencias europeas para que éstas convenciesen a Japón de renunciar a la cesión de Port Arthur a cambio de otras ventajas. La razón era evidente, Rusia quería ese puerto, abierto al Mar Amarillo, que al contrario que Vladivostok se encontraba libre de hielos todo el año. Así que ya en 1898 se llegó a un acuerdo (previa presencia de una potente flota rusa en dicho puerto) para la cesión de Port Arthur y de sus aguas a Rusia, que inmediatamente comenzó a fortificarlo y a construir un ferrocarril que lo uniese con el resto de dominios rusos.

Esta política expansionista del a priori gigante ruso llevó a la declaración de guerra por parte de Japón en 1904. El Zar Nicolás II, que siempre había usado la amenaza de guerra como su mejor baza, nunca pensó que los japoneses fuesen a recoger el guante. Pero Japón iba a demostrar que el código del Bushido tenía un excelente campo de aplicación en los conflictos modernos,y que las naciones jóvenes y dinámicas son realmente peligrosas como enemigos. Pese a contar con sólo seis acorazados en su flota, la armada japonesa, bajo el mando del almirante Togo se apresuró a bloquear Port Arthur y a la flota del Pacífico Rusa que se hallaba en su interior. Ello dió lugar a una serie de enfrentamientos inconclusivos entre la flota japonesa, la rusa y las baterías de costa que defendían el puerto. Sin embargo los dispositivos que se iban a cobrar el tributo más oneroso iban a ser las minas de uno y otro bando. el 12 de abril, una salida de dos acorazados rusos acabó en tragedia cuando ambos chocaron con minas, resultando en el hundimiento del buque insignia Petropavlosk. El almirante Makarov, al mando de la escuadra del Pacífico, se hundiría con él.

Un mes más tarde, el 15 de mayo de 1905, le llegaría el turno a los japoneses. Una escuadra al mando del almirante Nashiba, compuesta por los acorazados Hatsuse y Yashima, así como por el crucero Kasagi, se dirigió a Port Arthur para asegurar el bloqueo. sin embargo, cuando la escuadra enfiló una ruta paralela a la bocana, entró a toda máquina en un campo de minas tendido días antes por el minador ruso Amur. Los dos acorazados tocaron con sendas minas y el Hatsuse empezó a hundirse de proa. Cuando era socorrido por el Kasagi, tocó con un segundo artefacto que voló las cubiertas inferiores, hizo caer el mástil principal y las chimeneas. El buque se fue a pique en sólo un minuto y medio.

El almirante japonés y el capitán del buque pudieron ser rescatados, junto con 21 oficiales y 313 marineros. Otros 38 oficiales y 458 marineros no tuvieron tanta suerte. El otro acorazado, el Yashima, acabaría hundiéndose también mientras era remolcado a un puerto seguro.

Como curiosidad, la guerra ruso-japonesa empezó sin previa declaración de guerra, ya que el primer ataque a Port Arthur tuvo lugar tres horas antes de que el gobierno ruso recibiese la declaración. Algo que los estadounidenses deberían haberse anotado en algún sitio...